La perdida de una mascota, el dolor del adios de mi amiga Chiqui


Hace un par de semanas mi perra y amiga de la vida,  no la que ustedes conocen como Mila sino mi otra perrita por más de 16 años y que vive en la casa de mi mamá, comenzó a decaer en su salud. Le hicimos algunos exámenes pero en realidad no es que estuviese enferma de algo en especifico sino más bien su vida comenzaba a dar sus últimos pasos, y fue literal. A los días adelgazó, perdió cada día más el apetito, perdió también su musculatura trasera a tal punto de tener dos piernas de huesito. Luego por lo mismo dejó de caminar y se arrastró. Sus ojos aún tenían la mirada de esa cachorra que llegó a mi casa hace 16 años atrás cuando yo era adolescente, mi hermano un niño pequeño y mi mamá probablemente tenía unos 5 más que yo hoy. Llegó en verano a alegrar nuestras vidas, era tan pequeña que la podíamos sostener en una mano. Venía con tantos parasitos que era un globo ovalado y vomitó, vomitó todo esa noche la cerda, pero era tan tierna que no importó.
Los días pasaron y en ese tiempo mi mamá iba a dejarnos todos los días en bicicleta el almuerzo al colegio, por su puesto iba con ella, su nombre es Chiqui Estrella, porque llegó como una estrella a nuestras vidas a darnos amor y brillo. En ese entonces no habían tantos perros salchichas (dachshund) así que a donde iba era la novedad y se acercaban a darle abrazos, la verdad es que a ella no le gustaba mucho eso, tampoco le gustaban las cámaras de fotos, siempre corría la mirada y era muy difícil tener una pose de ella mirando la cámara. Siempre fue más de amor con nosotros, muy poca gente conquisto su corazón. Siempre fue muy luchadora, incontables veces tuvimos que separarla de algún perro del triple de su tamaño, pues ella no sabía de obstáculos y tamaños, ella todo lo podía hacer. Hasta el final con sus patitas chuecas salía a ladrarle a los perros de la calle.


Ella fue mi compañera mucho años, dormíamos juntas y me encantaba sentir su peso en mis pies, su olor tan característicos y acariciar sus patitas. Siempre andaba a la siga de uno, siempre robó lo que pudo para comer. Siempre fue una perra robusta y fuerte de carácter. Cuando hace un par de años me fui a vivir con mi novio fue tema para mí, la extrañé mucho y ella a mí también. Ahí fue cuando paso a ser más cercana de mi mamá y ella concentró la atención a mi hermana perruna ya que yo había abandonado el nido.

Pensé que estaba lista para decir adiós pero no fue así, luego de dos semanas de que fuimos al veterinario y nos dijeron la situación de Chiqui, se fue deteriorando día a día. Primero dejó de controlar la orina y el popo, comenzó a usar pañales. Ahora no se podía mover sin la ayuda de otro, hasta hace una semana estaba bien de animo pero hace pocos días ya tenía depresión.

Hoy en la madrugada tuvó una crisis de dolor, se le dieron sus remedios para que pudiese relajarse pero fue horrible. Tanto mi madre con mi hermano la cuidaron, yo solo podía llorar desconsoladamente. Pasaron las horas y había que tomar una decisión, la mejor que se pudo y fue darle paz en esta etapa que comenzaba, que solo la iba a hacer sufrir y  no dejaría nada de lo que alguna vez ella fue. Esa maravillosa y tierna criatura que entregó todo el amor del mundo sin pedir más que amor a cambio. Luchó hasta el final, ella quería seguir luchando pero a ese costo no era digno

Hoy lunes 4 de abril del 2016 a las 3 de la tarde Chiqui, nuestra mascota, hermana, hija y compañera se fue al cielo, con el dolor de nuestros corazones y dejando paz en ellos. Paz que se combina con ese dolor, ese dolor que nunca antes he sentido a pesar de perder gente en mi vida. Es un dolor desgarrador, probablamente la gente que no tiene un vinculo así con un animal no lo pueda entender pero hoy yo estoy de luto. No he podido llorar, aun creo que no lo he aceptado pero me cuesta hablar de dolor, la garganta apretada y las entrañas adoloridas hacen que mi corazón se sienta roto y perdido, algo cambió y aun no se como colocar los pedacitos donde estaban.

La perdida de mi mascota dejó marcas en mi ser, ahora se lo que es perder una vida, el saber que nunca más la verás, sentirás y escucharás más que en tus recuerdos, es algo duro de asimilar. Es casi algo surrealista, como si estuviera soñando y pronto fuese a despertar a pesar de lo real que se siente no podría ser real. Pero sin duda lo es.

Cada vez que siento eso en mi ser, la perdida, trato de pensar que ella está feliz y en paz, en algún lugar corriendo por la arena y comiendo golosinas, probablemente rodando entre comida y durmiendo en el sol.

Chiqui Estrella sin duda fue mi mejor compañera... y nunca, nunca me dio una preocupación o un pensamiento conflictivo, solo al final, solo hoy.

Gracias por ser mi hermana de estos 16 años de bondad y amor...

Te voy a extrañar por siempre...nos vemos en el otro lado...



Mi mamá y Chiqui despidiéndose
Gracias por posar esta última vez


Chiqui Estrella Gordita 2000 - 2016

2 comentarios :

  1. Dani!!! Lo siento mucho!!! Es tan fuerte el vínculo con nuestras mascotas ya que son pequeños angelitos. Le chiqui ya está descansando de todo su dolor y por fin es libre. Se fue acompañada de ustedes, rodeada de amor. Un abrazo enorme y llórala cuando estés lista, tampoco te resistas porque te hará bien.
    Un abrazo enorme!!!!

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  2. Ay querida! que penita siento! ese dolor es horrible.....espero que encuentren consuelo. Tu Chiqui Estrella esta mejor de lo que pensamos

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